Declaración hacia el 8M
No vamos a permitir que avancen sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. ¡Ni un derecho menos!
Las decisiones de política económica de este gobierno ya están provocando un enorme sufrimiento para nuestro pueblo. Especialmente para las mujeres y diversidades, niñeces y jóvenes, personas mayores y personas con discapacidad.
Mientras Milei repite la palabra libertad como una letanía, todas las medidas adoptadas o promovidas por este gobierno imponen un empeoramiento en las condiciones de vida de los sectores populares y la mayoría trabajadora, consolidando una descomunal transferencia de recursos a los sectores más concentrados de la economía.
La libertad que pregonaban era para unos pocos. Porque mientras el gobierno libera el terreno para que el poder económico haga sus negocios, lo que avanza es el hambre, la crisis habitacional, el costo de los medicamentos, del transporte y de la energía, la devaluación de los salarios y de las jubilaciones, los despidos y el recorte de los programas sociales. Quieren avanzar con la entrega de nuestra soberanía y el avasallamiento de los derechos democráticos. Y amenazan con suprimir conquistas que han sido resultado de la lucha popular, para hacernos retroceder hacia una sociedad más desigual, más injusta y más brutal.
La persecución de la organización colectiva y la represión de la protesta social son parte inescindible del programa de este gobierno autoritario, oligárquico y vendepatria. Sindicalistas y feministas, luchamos por la justicia social. Somos su problema, porque no vamos a dar ni un paso atrás.
Las mujeres y diversidades trabajadoras de esta Central nos convocamos a fortalecer la organización y unidad del movimiento, y a construir en todo el país la movilización del 8 de Marzo como un momento fundamental en la resistencia contra las medidas antipopulares, antifeministas y empobrecedoras del gobierno de Milei.
Somos mujeres y diversidades trabajadoras que reivindicamos la organización sindical como nuestro espacio de lucha. Somos feministas. Somos una presencia ya ineludible en el movimiento nacional y popular. Desde esta identidad, desde la diversidad que abrazamos en el reconocimiento de nuestra común condición trabajadora, seguimos construyendo la fuerza colectiva que más temprano que tarde alumbrará la sociedad justa por la que no dejaremos de luchar.
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